Uno de los problemas más patentes
en la desembocadura del Barranco de Santos es la abundancia de escombros y el
gran calibre de los mismos. El archivo documental nos muestra que esta
situación no se daba con anterioridad a la obra, y en el proyecto no está
contemplada la magnitud de la acumulación actual de estos materiales; se
habilitaron rampas para el acceso de maquinaria para la retirada periódica de
estos escombros, pero el nivel de acumulación de estos, especialmente tras una
avenida, excede claramente lo previsto. Se trata por lo tanto de una
eventualidad que escapó a la planificación original y que precisa una
corrección a posteriori para
garantizar la pervivencia y funcionalidad de la obra en su conjunto.
Para poder abordar dicha
corrección es preciso determinar las causas del problema e identificar aquellos
puntos sobre los que se puede actuar. Se trata sin lugar a dudas de un problema
complejo: un barranco es un sistema en el que numerosos factores interactúan
formando una intrincada red de flujos de energía, materia e información.
Centrarnos exclusivamente en el elemento material (dada la naturaleza de los
escombros) sería un formidable error, pues el resto de elementos tienen
repercusión directa sobre el flujo de materiales. Se precisa por lo tanto una
visión integradora de todos los elementos que conforman el sistema, para
elaborar un conjunto de relaciones lo más fieles a la realidad posibles, y
sobre este esquema trabajar en la búsqueda de los elementos bajo nuestro
control que generan la problemática. Con esta intención, se presenta a
continuación un mapa conceptual en el que tratamos de esquematizar el conjunto
de procesos que desencadenan en última instancia el aumento de la cantidad y el
tamaño de los escombros en nuestro barranco.
(Click para ampliar.)
En este mapa conceptual, hemos analizado
los posibles factores actuantes sobre nuestro problema. En rojo hemos señalado
los elementos que condicionan nuestro caso particular y que consideramos tienen
mayor peso, en amarillo resaltamos los factores que pueden estar actuando pero
con una incidencia menor y por último, en verde marcamos los elementos con poca
o nula influencia en nuestro caso.
Observando el esquema
identificamos tres puntos de entrada que con toda probabilidad están
desencadenando la acumulación de escombros: la pérdida de vegetación, la
reducción del cauce por acciones humanas y los eventos meteorológicos de elevadas
precipitaciones puntuales. De entre estos factores tenemos capacidad de acción
sobre dos de ellos (vegetación y cauce) y son aquellos en los que debemos
centrarnos a la hora de plantear una corrección. Analizando ahora nuestras
posibles vías de acción, debemos una vez más ponderar cuál de ellas tiene una
repercusión mayor y a que escala temporal. Esta decisión se discutirá en
posteriores entradas bajo la etiqueta “Toma de decisiones”.
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